jueves, 27 de septiembre de 2012

Buenas vibraciones

El verano se acaba. Las vacaciones se desvanecen. Suerte que la Xarxa de Custodia del Territori XCT nos recuerda que si queremos seguir disfrutando de la naturaleza y el territorio debemos cuidarlo un poquito mas y hacer pequeños gestos. 

Un nuevo curso escolar comienza. Entre informes y estudios presentados por la Fundación Bofill, los abnegados profesores están ajustando calendarios, actividades, programas y sesiones para esperar a punto a los alumnos y poder estar con y para ellos. Entre incremento de ratios, reducción de profesores, menos puestos cualificados que graduados, cae en mis manos el artículo de Alfie Kohn en el que habla de que los castigos no funcionan, pero tampoco las recompensas. Lo mas importante en la educación, inculcar unos valores desde pequeñitos. 

En el terreno de la salud nos descubren una importante investigación sobre el genoma que algo aportará al bien común. Y la pérdida de la salud es lo que lleva a valorarla como sugiere La Vanguardia en su contra.

Una ONG de nuevo cuyo que aboga por" lo que de verdad importa". Además, personas dispuestas a nuevas aventuras. Un nuevo proyecto empresarial y editorial vinculado a la filantropía nace dirigido a los profesionales y voluntarios del tercer sector: Filantropia magazine. 

Y en estos coletazos de final de etapa y comienzo de una nueva, leo en ipmark que el fundador y actual presidente de GRUPO BIMBO, el Sr. Roberto Servitje, aboga por las empresas con alma como valor diferencial.

Y acabo con el obituario de La Vanguardia en el que leo la semblanza del Sr. Josep Palau Francàs, gran empresario, generoso y trabajador, que sin hacer ruido y con valores ha podido y sabido construir un gran grupo empresarial en el mundo.

Estas son algunas de las buenas noticias que leo de regreso al trabajo. “Lo que de verdad importa”. Valores individuales y colectivos compartidos. 

¡Comencemos el curso con buenas vibraciones!.

lunes, 16 de julio de 2012

El deporte como transmisor de valores: Ayudar a formar mejores personas

Los Juegos Olímpicos de Londres van a acaparar la atención de miles de millones de ciudadanos, medios de comunicación, empresas y marcas comerciales. El deporte moviliza emociones y sentimientos, pero sobre todo puede influir en las actitudes y comportamientos de las personas, a través de los valores que transmite: esfuerzo, superación, perseverancia, igualdad, respeto, deportividad, solidaridad y compañerismo, éxito personal y colectivo, entre otros muchos.

Los deportistas de élite son iconos y modelos de éxito, envidiados e imitados por muchos, alcanzan una gran notoriedad y son atentamente seguidos en los medios sociales. Hace unos días este diario presentaba los resultados de un estudio de la Fundación BBVA según el cual la mitad de los españoles es incapaz de citar el nombre de un solo científico. Por el contrario, el conocimiento sobre deportistas de élite españoles era muy amplio. Además del éxito, los valores del deporte permiten superar las dificultades. Buena prueba de ello es el impacto positivo que el deporte tiene sobre las personas con algún tipo de discapacidad. Los Juegos Paralímpicos y los Special Olympics son dos claros ejemplos de cómo el deporte contribuye a la integración de estas personas en la sociedad. Sin embargo, los beneficios de la práctica deportiva se han revelado también un vehículo para la transformación social.

En el 2004 la empresa Danone, en colaboración con la Asociación de Deportistas para una Infancia Mejor (Addim), decidió poner en marcha las Escuelas Deportivas Danone, un programa social que a través de la práctica del fútbol y con el apoyo de padrinos como Vicente del Bosque, Pep Guardiola, Quini, Granero y Fernando Hierro, entre otros, ha conseguido tras ocho años de funcionamiento mejorar hábitos, comportamientos y el rendimiento escolar de niños con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años. Las diecisiete Escuelas Deportivas Danone están ubicadas en centros escolares de barrios con necesidades socioeconómicas especiales de las principales provincias del territorio.

El programa cuenta con cuatro pilares: entrenamiento deportivo –dos veces por semana–, clases de apoyo escolar y clases de educación en valores –ambas una vez por semana– y competición. Cada escuela cuenta con un padrino, futbolista o exfutbolista de élite, que de forma voluntaria visita periódicamente a los niños y comparte con ellos su tiempo. En estas escuelas se transmiten dos principios: por un lado, para ser buen deportista hay que ser primero buena persona y buen estudiante. Y por otro, las buenas notas y el buen comportamiento son condiciones para poder jugar al fútbol.

Tras ocho años de funcionamiento, el programa se ha convertido en una alternativa de ocio positivo para más de 5.000 niños y niñas y se ha podido constatar que la práctica deportiva ha contribuido a que estos niños y niñas sean mejores estudian- tes, mejores deportistas y más sanos y mejores ciudadanos.

A través de un seguimiento trimestral y el posterior estudio de impacto realizado por Esade se ha observado una mejora en el rendimiento académico y en la asimilación de hábitos y comportamientos relacionados con la higiene, la alimentación, el civismo, la relación con otros compañeros y con sus familiares. El rendimiento académico ha mejorado gracias al refuerzo en lectura comprensiva y al estímulo de poder participar en las competiciones deportivas. Los alumnos que afirman mejorar las notas alcanzan casi el 40%.

La adquisición de hábitos y comportamientos positivos también se ha constatado en múltiples aspectos: en una alimentación más equilibrada; en la relación con los compañeros y rivales, dado que el deporte deja de ser una simple competición y pasa a ser un juego de equipo, trascendiendo esta cooperación más allá del ámbito deportivo y reflejándose en el comportamiento de los alumnos con sus monitores, tutores y padres (el 40% dice que se pelea menos), y en el propio éxito deportivo. Algunos de los niños que han finalizado su actividad en estas escuelas han continuado jugando a fútbol en categorías inferiores de equipos de primera fila; el programa ha trascendido al ámbito familiar y al entorno de la escuela, integrando a las familias y a los centros escolares, rompiendo barreras culturales y sociales.

En definitiva, se ha demostrado que la práctica deportiva contribuye a mejorar las actitudes y comportamientos de los niños y niñas de las Escuelas Deportivas Danone porque les exige en primer lugar un desarrollo personal basado en el esfuerzo, el compromiso, la perseverancia y la disciplina y, además, les proporciona un estímulo para mejorar las notas al apoyarse en elementos emocionales como los padrinos y la participación en las competiciones deportivas.

Artículo de Ismael Vallés y del Observatorio para el Estudio del Comportamiento de ESADE, publicado en La Vanguardia, 8 de Julio de 2012.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Empresas y organizaciones no lucrativas: gestionando cambios

Hace unas semanas participé, como ponente, en uno de los talleres del II Congreso Europeo de Voluntariado. Desde hace años que sostengo que empresas y organizaciones no lucrativas están obligadas a entenderse. 

Esta afirmación, me ha costado largas y tendidas discusiones y reflexiones, tanto con personas procedentes del mundo de la empresa como personas procedentes del mundo no lucrativo. No se trata de ver quién gana a quién, ni qué sector es mejor y por qué. Se trata de ver cómo pueden complementarse, ayudarse y, porque, potenciarse. 

Lo que me alaga es que hoy pueda decir que las empresas y las organizaciones no lucrativas ¡ya se están entendiendo! Múltiples ejemplos de mi vida profesional y diversos ejemplos que se vieron y comentaron a lo largo del congreso y del marketplace que se celebró avalan este hecho. Empresas y organizaciones no lucrativas pueden llegar mucho más lejos si van juntas. 

Porque lo que importa es la causa, y no los protagonismos o los personalismos. Lo que importa es creer que todos, cada uno con sus capacidades, conocimientos, habilidades y recursos puede ser motor de cambio. 

Empresas y organizaciones no lucrativas pueden provocar cambios positivos en muchas personas y mejorar causas. Causas que mejoran el medio ambiente, la vida de muchos colectivos con necesidades especiales o en situación de riesgo y exclusión social,… Tener clara la causa y tener la voluntad de implicarse es el primer paso para que empresas y organizaciones se sienten en la misma mesa y quieran trabajar en un mismo proyecto. 

Más allá de la figura jurídica están las personas que trabajan y creen que, con un poco de ellos, pueden conseguirse grandes cosas. Empresas y organizaciones no lucrativas tienen la oportunidad de cambiar los modelos de relación que han regido hasta ahora y gestionar cambios de comportamiento que promuevan cambios positivos en el entorno.